África, nuestra milano negro, es el duende oportunista de la senda, cuando ve un grupo de personas, se acerca sin dudarlo, porque sabe que le van a dar de comer.
Los animales oportunistas, como el milano negro (Milvus migrans), aprovechan cualquier oportunidad de alimentarse. Al poder explotar un mayor número de recursos, se adaptan mejor que los animales especialistas que, por el contrario, se alimentan de un alimento en concreto y suelen desaparecer antes, porque están más sujetos a la presencia o no de este alimento.
La dieta del milano negro es muy variada,
puede alimentarse de roedores, pequeñas aves, anfibios, reptiles o peces y hasta carroña. A veces, al igual que carroñeros como la urraca, se acerca a las carreteras a la espera de que los coches atropellan algún animal del que poder alimentarse.
Es un ave rapaz de tamaño mediano, de color pardo oscuro y con largas alas. Los pollos son de un color más claro que los adultos y moteados en el vientre. La cola es ahorquillada, aunque menos que la del milano real, que también es muy común en España. Habita cerca de embalses, lagos o ríos, excepto en época reproductora, que hace nido en árboles de gran altura, y dada su condición de oportunista, puede ocupar el nido viejo de otras rapaces.
Los machos son animales muy galantes. Cuando empieza a hacer calor, el macho es quien prepara el nido, para que la hembra ponga los huevos.
Las amenazas que padece el milano negro son variadas. La más importante es, sin duda, el uso ilegal de veneno, al que la especie resulta muy sensible, así como los accidentes en tendidos eléctricos y la persecución directa.
Es espectacular verlos pasar el estrecho para viajar a África tropical, donde hibernan, ya que son gregarios y forman grupos muy numerosos.