La Senda cuenta con una serie de puntos de interés, en los cuales, el visitante no sólo adquiere conocimientos teóricos acerca de la fauna y la flora del encinar, sino que, además, puede experimentar de un modo práctico, a través de diversos juegos y actividades, convirtiéndose en partícipe de su propio proceso de aprendizaje.
A lo largo del recorrido, se estudia cómo los animales carnívoros se han adaptado y distribuido a lo largo del ecosistema, en función de la distribución de sus presas, y cómo los herbívoros, fuente de alimentación de los carnívoros, han desarrollado diversas estrategias como defensa de sus depredadores. O también cómo los insectos, a pesar de su reducido tamaño, juegan un papel fundamental dentro de la cadena trófica y en el desarrollo de los ecosistemas.
Asimismo, se estudia gran variedad de plantas, a las que se les atribuyen diferentes usos (propiedades medicinales, fabricación de herramientas, etc.), y cómo desde tiempos prehistóricos, hasta nuestros días, han sido aprovechadas por el ser humano, así como la relación de muchas de estas plantas con la degradación del terreno.
Entre medias de estas explicaciones, se realizan divertidas y pedagógicas actividades prácticas, a modo de juegos, que permiten conocer la visión bifocal de las aves nocturnas, el por qué de la creación de los líquenes, o participar en la elaboración de pinturas rupestres o en el proceso de ecolocalización de aves, entre otras.